De nuevo la especulación urbanística de Cabueñes

OPINIÓN CARTAS

De nuevo la especulación urbanística de Cabueñes

Rafael García Mozo

Recientemente han reinaugurado los jardines de La Laboral. Justo debajo pueden ustedes contemplar la ruina en la que se encuentran las viejas canchas deportivas y la piscina. Recuerdo haberme bañado allí con 13 ó 14 años. Mientras se lo cuento a mis hijos (papá, ¿por qué no la arreglan para que podamos venir?), un guardia de seguridad me dice que allí «no se puede estar».Un padre con dos niños en 'bici' paseando por Cabueñes.

Detrás de los talleres había un precioso y enorme frontón donde pasábamos muchas tardes. Ahora está el Centro de Arte. Lo visité cuando lo inauguraron. Enormes espacios vacíos, algún videojuego que no funcionaba y exposiciones de 'arte tecnológico'. No lo entiendo. Rosina sabe mucho más de arte que yo, pero si sé que no va nadie a verlo nunca y que se traga mis impuestos.

Siguiendo el paseo, vemos un inmenso cubo de hormigón adosado a la parte posterior de La Laboral. Es la caja escénica del teatro. ¿Saben lo que ha costado? Recuerdo haber visto allí un memorable concierto de Los Locos, el teatro con sus viejas butacas a rebosar, la voz de Carlos Redondo sin caja escénica. Estos días hemos sabido que el teatro sólo ha recuperado por taquilla el 16% de los gastos de la programación en su primer año tras la reinauguración, pero, claro, es que los gijoneses no entendemos el arte ni el teatro. No somos cultos, pero sí sabemos que se financia con fondos públicos, con nuestros impuestos. Por esto tampoco va a dimitir nadie.

Terminando el paseo, descubrimos más cemento en los prados donde jugábamos al fútbol y donde las familias solían tomar el sol. Son los nuevos aparcamientos para los coches de la gente que no va a venir al teatro. Creo recordar algo sobre un aparcamiento subterráneo con ascensor. ¿Ustedes lo recuerdan? Salió en los periódicos.

¿Y el metrotrén? Hace tiempo que no se habla de ese agujero abandonado que cruza Gijón. Ya no sale ni en la prensa. Ingentes cantidades de dinero público enterradas en un proyecto que nunca veremos acabado. Pero de esto tampoco tiene que responder nadie. Llegamos al motivo de esta carta. Hace unos meses escribí otra que titulé: 'La especulación urbanística en Cabueñes'. En ella me preguntaba: «¿qué compromisos hay entre nuestros políticos y los constructores?». Hoy tenemos la respuesta en la prensa. Mientras tanto, seguimos esperando que se contesten las 3.000 alegaciones al plan del muro de Cabueñes.

A nuestro Ayuntamiento sólo le queda una salida: paralizar esta aberración, sentarse con los vecinos y rediseñar lo que la ciudad y el barrio necesitan.

Gracias por su esfuerzo a la plataforma y a las dos asociaciones de vecinos. A veces, David puede ser mas fuerte que Goliat.


Publicado en El Comercio el 22 de marzo de 2009