anular del todo el «plan Sanjurjo» es difícil


El muro resquebrajado

 JAVIER MORÁN 

Del llamado «muro de Cabueñes» sólo quedará el nombre durante un largo período de tiempo, como ya se venía intuyendo. Quedará el nombre y su consignación y sus derechos edificatorios en la parroquia de Cabueñes, que eso es más difícil, o casi imposible, de borrar. Pero el caso es que la inmobiliaria Reyal Urbis, principal propietaria del suelo para ese desarrollo, ha enfilado con una deuda de 4.500 millones de euros el camino del preconcurso, difícil paso previo a lo que antes se llamaba suspensión de pagos y hoy proceso concursal.

Aparte de lo que ello afecta a Gijón, adviértase la comprobación de lo ya dicho aquí varias veces y que hace que este país sea la pera. Lo ha advertido hasta el candidato Obama en una entrevista televisiva de anteayer mismo: a España se le fundieron los plomos del sector inmobiliario, es decir, le estalló en todo el rostro la burbuja inmobiliaria, y no reaccionó, al contrario de lo que hicieron en Estados Unidos, Irlanda o Inglaterra. Aquí se aferraron a buena parte de la banca (a la que también condujeron, o se autocondujeron, al degolladero, véase Bankia), y sentenciaron que esto era un nublado que ya pasaría, un «bache coyuntural», como todavía acaba de declarar la Federación Asturiana de Empresarios (FADE).

Así que Reyal Urbis se ha convertido en la segunda quiebra inmobiliaria más gorda de la nación, por detrás de la de Martinsa-Fadesa, por valor de unos 7.000 millones de euros, pero que ya se había producido en 2008 porque su situación de ahogamiento venía acuciada también por arriesgadas absorciones empresariales justo antes del hundimiento. Otros, ya se ve, han aguantado cuatro años merced a ese autoengaño de que esto sería pasajero.

Viniendo al concejo de Gijón, el «muro de Cabueñes» pasa temporalmente al limbo y demuestra la locura que fue aquel Plan General de Ordenación de 2005, hecho a la medida de una invasión inmobiliaria del periurbano gijonés planificada con descaro en ciertos despachos políticos. El plan lo anularon los tribunales por defectos medioambientales y ahora la crisis anula su paso a la realidad. Pero anular del todo lo que luego se llamó tristemente «plan Sanjurjo» ya es más difícil.


Publicado en La Nueva España el 26 de octubre de 2012

no podrán hacer las barbaridades urbanísticas que pretenden


La multimillonaria deuda de Reyal Urbis hace tambalear el plan de Cabueñes
La principal propietaria de suelo del polémico proyecto urbanístico, en preconcurso de acreedores, renegocia con los bancos un débito de 3.654 millones

P. T.
La grave situación financiera que atraviesa la compañía Reyal Urbis, principal propietaria de suelo del polémico plan urbanístico de Cabueñes, con una deuda de 3.654 millones de euros que la ha obligado a solicitar preconcurso de acreedores, pone en peligro la actuación prevista en la parroquia gijonesa, donde se proyecta construir unas 600 viviendas.

Las acciones de Reyal Urbis cayeron ayer [24-10-2012] con fuerza en Bolsa tras el anuncio del preconcurso de acreedores, que podría dar pie en pocos meses a una de las mayores suspensiones de la historia empresarial española. Los títulos de la compañía llegaron a caer ayer por encima del 18 por ciento.

La Plataforma Ciudadana Contra el Muro de Cabueñes, que lleva años luchando contra el plan urbanístico en su parroquia, ha recibido con «satisfacción» la noticia del preconcurso voluntario de acreedores de Reyal Urbis, constructora que posee el mayor volumen del suelo incluido en el plan urbanístico.
«Para nosotros, ese anuncio es satisfactorio, porque si no disponen de recursos no podrán hacer las barbaridades urbanísticas que pretenden en la zona, a las que los vecinos nos hemos opuesto radicalmente», señala Francisco Díaz Cadórniga, presidente de la plataforma.

El proyecto al que se oponen implica la construcción de 655 viviendas, que se distribuirán mayoritariamente en bloques de cuatro plantas más bajo. La actuación abarca una superficie de 254.000 metros cuadrados, junto al Parque Científico y Tecnológico y el Hospital de Cabueñes. Los terrenos del plan parcial que son propiedad de la inmobiliaria en fase preconcursal se encuentran al borde de la carretera de Villaviciosa.

Los vecinos consideran que con este plan urbanístico se levantará «un muro en la parroquia». El equipo municipal de gobierno ha seguido tramitando el polémico plan urbanístico de Cabueñes, a pesar de que está prevista la revisión del Plan General de Ordenación (PGO), en el que se incluye este plan parcial, lo que ha provocado el rechazo de este colectivo. Aun así, la ejecución del proyecto está empantanada, entre otras cosas, por la fuerte crisis inmobiliaria.

Además de Reyal Urbis, son propietarios de suelo en el plan de Cabueñes Lomas-Barajas, Beyos y Ponga (sociedad vinculada a Cajastur), Moro e Inmobiliaria Playa Gijón. «Que la promotora entre en concurso es un alivio para nosotros. Además, otro de los promotores de suelo en Cabueñes es Cajastur, que tampoco atraviesa una situación boyante. Así que todo esto, que dificulta la ejecución del proyecto, es beneficioso para nuestro colectivo», explica Díaz Cadórniga, quien recuerda que «hace ya dos años Reyal Urbis estuvo a punto de entrar en concurso y tuvieron que regestionar sus créditos». Cadórniga señala, además, que «si los que tienen los terrenos entran en concurso, qué van a hacer con ellos; es un motivo más para frenar el plan».

La firma que preside el conocido empresario Rafael Santamaría se acoge a la ley concursal, después de que hace un año llevara a cabo un intento de renegociar su elevada deuda con los bancos, el tercero que la inmobiliaria emprende desde el inicio de la crisis del ladrillo. La compañía contará ahora con un plazo máximo de cuatro meses para renegociar una deuda financiera superior a los 3.600 millones de euros con el fin de tratar de evitar la antigua suspensión de pagos.

Reyal Urbis cuenta con una plantilla cercana al medio millar de trabajadores. La empresa cerró el primer semestre de 2012 con una pérdida neta de 211,3 millones de euros, un 30% más que en el mismo período del ejercicio anterior. En su informe semestral, la firma reconoce que a cierre de junio se encontraba «en causa de disolución», si bien indica que preveía convertir en préstamo participativo un tramo de su crédito sindicado por importe de 115 millones para restablecer su equilibrio patrimonial.

Según los datos remitidos recientemente por Reyal Urbis a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), al cierre de la primera mitad del año, la compañía contaba con un activo de 4.684 millones para hacer frente a un pasivo de 4.828 millones.
Además, tiene que afrontar dos vencimientos de deuda por un importe de 805 millones de euros el año próximo.

Reyal Urbis está controlada por Rafael Santamaría, propietario del 70% de las acciones. En su capital se encuentran también EBN Banco, con una participación del 4,7% y las antiguas Unicaja e Ibercaja, con un 4,30% cada una. Entre las entidades acreedoras de la inmobiliaria se encuentran Santander, BBVA, BFA-Bankia y Popular.

En el último acuerdo de refinanciación firmado con sus bancos acreedores en mayo de 2010 la compañía asumió el compromiso de paralizar toda actividad de promoción residencial. Entre ellas, la prevista en Cabueñes.


Publicado en La Nueva España el 25 de octubre de 2012