desconfianza hacia el urbanismo por el plan Cabueñes

GIJÓN

Ética y justicia 

JOSÉ MANUEL BALBUENA | 

Desde luego, la instrucción del llamado 'caso Blanco' se nos ha hecho larga.
El tema salió a la luz en junio de 2009 por la participación del ex arquitecto municipal Ovidio Blanco en la compraventa de una parcela afectada por el plan Cabueñes.
En aquel entonces quedó claro que, legalmente o no, había obtenido una plusvalía de 600.000 euros.
Lo cual levantó mucha polvareda puesto que, al fin y al cabo, los presuntos delitos que se imputaban -cohecho, tráfico de influencias y uso de información privilegiada- eran bastante graves.
Pues bien, digo que se nos ha hecho larga porque, para saber que no habrá juicio penal, han tenido que pasar 21 meses.
Eso es demasiado tiempo.
El auto del Juzgado de Instrucción nº 5 de Gijón niega todas las imputaciones de la siguiente manera.
Cohecho: no aclara si lo hubo o no, pero lo considera prescrito.
Tráfico de influencias: señala que el ex arquitecto no participó en la redacción del plan.
Y en cuanto a lo de la información privilegiada, dice que los datos urbanísticos de la finca ya eran públicos. En definitiva, sostienen que Ovidio Blanco no es culpable de ninguno de los cargos.
Sin embargo, una cosa son las conclusiones de la Justicia y otra el tema moral.
Evidentemente, así fue reconocido por el propio Ayuntamiento, es éticamente reprobable que un funcionario de tan alto nivel se dedique a especular con su trabajo.
Resulta difícil de entender que un arquitecto jefe municipal compre y venda una finca para obtener un beneficio.
Sin duda, actos así generarían una desconfianza hacia el urbanismo sin precedentes.
Por tanto, de forma provisional, puede que el 'caso Blanco' sea legal tal y como sostiene el Juzgado de Instrucción, pero moralmente sigue siendo reprobable.


Publicado en El Comercio el 29 de marzo de 2011