Destruir Cabueñes es barbarie

Destruir Cabueñes es barbarie
Amalia Blasco Allende

«No puede ser el progreso económico a cualquier precio; el verdadero progreso es el que lleva consigo cultura y estética, porque éstas son las exigencias ante cualquier proyecto a desarrollar; civilización es cuidar el paisaje, lo demás es barbarie».
Me permito extraer estas acertadas palabras de un reciente artículo de Eduardo Martínez de Pisón, catedrático de Geografía Física de la Universidad Autónoma de Madrid, para compartirlas con los lectores de LA NUEVA ESPAÑA, que, como yo, estén preocupados por la barbarie que se ciernes sobre Cabueñes.
Sí. Barbarie. Sólo así se puede llamar al plan de la alcaldesa de Gijón y de su concejal de Urbanismo de plantar en Cabueñes un muro de edificios de hasta seis alturas, como si no tuviéramos bastante muro con el que en San Lorenzo nos está costando a los gijoneses millones de euros con su «lavado» de fachadas.
Barbarie es construir un bulevar de cincuenta metros de anchura desde el cruce de Deva hasta el Hospital de Cabueñes, arrasando para ello praderas y árboles.
Barbarie es no respetar las normas de construcción vigentes hasta ahora en una zona atravesada por el Camino de Santiago.
Barbarie es no salvaguardar ni los valores culturales, ni los estéticos, ni los ecológicos y pretender el progreso económico a cualquier precio.
Y frente a la barbarie tenemos que rebelarnos. No es concebible en la Europa civilizada esta destrucción de un entorno tan hermoso como característico, con sus hórreos y casas mariñanas. Esto no es civilización en el siglo XXI. De ninguna manera. Los responsables de esto somos todos, pero, sobre todo, los ayuntamientos, autonomías y constructores.
Cabueñes es patrimonio de todos y debemos preservarlo para las futuras generaciones.


Publicado en La Nueva España el 14 de junio de 2008