Ana García
Presidenta de la Asociación de Vecinos de Cabueñes-La Pontica
Presidenta de la Asociación de Vecinos de Cabueñes-La Pontica
Hace ya un año que por estas fechas Amalia, la Presidenta de Fontevilla, publicaba una fuerte carta contra el proyecto de urbanización previsto para Cabueñes que titulaba muy acertadamente “Destruir Cabueñes es barbarie”.
Unos días después, el 19 de junio, Cristina, la portavoz de la Plataforma contra el Muro, denunciaba los intentos de exclusión de varios vecinos en un congreso de sostenibilidad urbana aquí en La Laboral, que intentaban poner en evidencia el contrasentido que supone estar firmando por un lado la Declaración de Gijón para impulsar la participación ciudadana en los procesos de construcción de la ciudad y el compromiso con el entorno y el desarrollo sostenible, y por otro promoviendo el destrozo del lugar donde vivimos.
Y yo misma intentaba, también por esas fechas, transmitir en el artículo, “¿Reordenación o destrucción?”, la idea del sinsentido que supone ser premiados por ser el 'Pueblu más guapu de Xixón' y permitir poco después que dejemos de ser, además de 'guapu', también 'pueblu'.
De entonces acá, como es bien sabido, se consiguieron además evidencias de irregularidades graves en la tramitación, y se demostró, con pruebas de compra-ventas con beneficios millonarios, que detrás se escondían intereses especulativos. El asunto ha llegado ya a los tribunales a instancias de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, pero el Ayuntamiento sigue sin detener esa barbaridad.
Parece que hay que ser o venir de fuera para valorar lo que tenemos. Un ejemplo es el éxito televisivo del doctor Mateo.
Ha tenido que venir nada menos que de New York, la capital cultural y económica del mundo, un médico de prestigio, aunque soso y un poco moco seco, para decirnos que en un pueblín de aquí, como éste, sin muros de bloques de edificios, ni carreteronas de seis carriles, también se puede vivir bien, disfrutando del trato con nuestros vecinos, paseando o corriendo por nuestros caminos y carbayeras, intercambiando objetos que ya no usamos en un mercadillo, o bailando la danza prima por San Xuan con nuestros hijos en torno a un fuego comunal.
En Llastres y en Cabueñes, en los pueblos pequeños, desarrollados armónicamente, puede conseguirse, sin renunciar por ello a dotaciones modernas ni vivir en la edad media. Disfrutar de una calidad de vida por la que merece la pena seguir luchando.
Pero es triste que ésto, dicho por un actor-médico en clave de humor melodramático y que tiene tanto éxito, no sirve ya cuando lo decimos los de aquí, aunque algunos sean también médicos de prestigio como el doctor Paco o el doctor Álvaro, quizás porque no son sosos o cascarrabias.
Tal vez deberíamos ir a Llastres e invitar al Dr. Mateo, a la maestra, a la cotilla locutora de radio aficionada, y a los demás famosos, a que rueden aquí uno de sus capítulos. Seguro que cuando todo el mundo vea esto, y sepa lo que quieren hacer, Cabueñes se convertirá en un centro de peregrinación turística.
Ni Laboral Ciudad de la Cultura, ni Jardín Botánico Atlántico, ni gaitas, la gente vendrá a ver los prados afectados por el ya tristemente famoso Muro de Cabueñes, fotografiarán los carbayos catalogados, los hórreos que van a desaparecer, y disfrutarán tomando el último culín en el Llagar del Mancu antes de que caiga bajo las hormigoneras.
¡Que venga pronto el doctor Mateo!
Publicado en la Fueya Vecinal nº9, junio 2009, órgano de expresión de la Asociación de Vecinos de Cabueñes-La Pontica