«Con 30.000 viviendas vacías en la ciudad, cualquier propuesta de invasión de la zona rural como el plan de Cabueñes es una aberración»
Ramón Alvargonzález, director de la Fundación Alvargonzález
Marcos Moro
Ramón Alvargonzález (Gijón, 1954) es descendiente de una de las sagas familiares más ilustres que ha dado la ciudad. Catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo y erudito local, inaugura mañana una exposición sobre los tranvías de Gijón, a las 19.30 horas, en la Fundación que dirige desde 1993. Y lo hace coincidiendo con el 125 aniversario de la implantación del metro ligero en la villa de Jovellanos. Un medio de transporte que está viviendo una segunda época dorada en España y Europa, mientras en Gijón solo se puede evocar mediante la colección de fotos en sepia, maquetas y documentos históricos de la muestra, que estará abierta al público hasta el 13 de noviembre.
¿Cuál es el objetivo de esta exposición sobre los tranvías locales?
La idea es poder evocar en Gijón el modo de transporte colectivo que estuvo vigente durante casi 75 años: entre 1890 y 1964. No se interrumpió el tráfico de sus tres líneas ni durante la Guerra Civil,cuando estuvo explotado por un comité obrero de la CNT. Dentro de esa evocación histórica diferenciamos la época de tracción de sangre (por tiros de mulas), desde los inicios hasta 1909, y la época de tracción eléctrica, a partir de esa fecha hasta su desaparición. También tiene la exposición el objetivo de llamar la atención a la opinión pública sobre el hecho de que en los últimos 20 años se está reimplantando en muchas ciudades españolas. De hecho, desde 1994 en que el metro ligero regresó a Valencia ya ha vuelto con éxito a 30 ciudades españolas entre las que figuran Bilbao, Vitoria, Zaragoza, Barcelona, Murcia, Sevilla, Granada, Jaén, Parla, Alicante o Santa Cruz de Tenerife.
¿A qué obedece esta resurrección?
La explicación es que es un medio de transporte con gran capacidad, cómodo, seguro, no contaminante y de explotación realmente barata. Una unidad tranviaria equivale en capacidad a cuatro autobuses y 175 vehículos privados. En cuanto a consumo de energía eléctrica, es de 350 kilovatios hora frente a los 750 de un autobús de motor de explosión. El tranvía es todo lo contrario a un fósil o una reliquia. Es un modo de transporte vivo y en auge. No sólo en España, sino en el resto de Europa, donde hay 300 ciudades con redes tranviarias.
Pregunta obligada. ¿Por qué no es posible reimplantarlo en Gijón?
En plena ola de resurrección del tranvía en toda España, en Gijón es una quimera por las hipotecas pesadas del túnel del metrotrén y la ampliación de El Musel. En esta ciudad se han sepultado, en sentido literal, bajo tierra y en el mar centenares de miles de euros en infraestructuras de transporte carentes de uso y cuya justificación social está por explicar. Todo esto ocurre aquí mientras en otras ciudades españolas sus vecinos están disfrutando del tranvía.
Hablando del metrotrén, ¿qué opinión le merece la nueva propuesta para el plan de vías?
No quiero perder el tiempo comentando ocurrencias preelectorales. Solo quiero constatar la triste realidad de que en esta ciudad, desde hace años, tenemos una estación ferroviaria minúscula, incómoda y deslocalizada con unas prestaciones inferiores a las de cualquier apeadero en el último rincón de España. Si a ello sumamos que la estación de autobuses también es inadecuada, vemos que hemos retrocedido en esta materia 50 años.
Partidario de la centralidad
Pero, ¿dónde prefiere la estación intermodal en Moreda o en el área del Museo del Ferrocarril?
Soy más partidario de la centralidad. Las estaciones ferroviarias en todas las ciudades principales están en el centro urbano. La de El Humedal no era una maravilla pero, seguro, mejor que la que tenemos ahora. Llevamos 15 años dando vuelta a la noria con este tema y averigüe Vargas lo que va a salir de ahí. Los cuentos de la lechera que nos están contando se verá en qué paran tras las elecciones.
Usted que fue acuñador del término ciudad-jardín. ¿Qué tratamiento considera que debe darse a la zona rural en el nuevo PGO?
Opino que tratar de insertar tramas urbanas en el medio rural gijonés es un disparate en un momento de claro estancamiento demográfico y falta de necesidad de nuevas viviendas. Con 30.000 viviendas vacías en Gijón, cualquier propuesta de invasión de la zona rural como el plan de Cabueñes es una aberración. Espero que desaparezcan todos los urbanizables de los dos planes anulados.
¿Y qué debe hacerse con la fachada marítima de El Natahoyo?
Mientras haya actividad económica en esa zona hay que preservarla, porque es un tesoro. Me gustaría que ese ámbito se dedicara a usos públicos, pero es un desiderátum.
¿Qué opina de la propuesta para soterrar el tráfico en el Muro?
En las circunstancias económicas actuales ese proyecto no creo que se pueda dar.
¿Y sacar a los coches de allí?
No se puede colapsar el tráfico de la ciudad por una operación de este tipo. ¿Qué alternativas hay a la desaparición de ese eje? Ninguna.
Publicado en El Comercio el 15 de octubre de 2015